Flor de Luto

El otro día pude sentir
en plena flor de loto
a un intruso extraño
que vivía dentro de mí.

Cerré los ojos: negro.
En una plena oscuridad 
de entrañas y ruido...
¡lo encontré, allí!

Se movía a un ritmo
lento y seductor 
y crecía y menguaba
al son de mi respiración.

Por un momento sentí
que mis pulmones
no me pertenecían;
sentí que no era YO.

Y, momentos antes
de volver a mi interior,
pude ver mi muerte,
y mis engranajes
y mi generador
y mi procesador:
todos morían
(hacían su función)
y andaban hacia el fin.

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