EL ERMITAÑO - II - LO QUE RESPONDIÓ

Rojas nubes brotan del suelo alentadas por la llamada. Una imponente y gigantesca figura se alza ante el Hombre. Esta manifiesta: 
He venido por tu sangre e incesable ruido.
Tus llantos agónicos he oído
desde la más lejana negrura, y
eres TÚ, Ermitaño... Vivo, 
habla ahora. ¿Qué hago aquí?
El Hombre titubea ante la presencia, negra y borrosa, y contesta lo siguiente: 
ASMODEO os he clamado para
que así, Observador del Todo y Nada,
ilumine la oscuridad en mis noches.
Viajero entre tiempos y estaciones,
¿De dónde vine y a dónde iré?
Una sensación familiar me invade
una de haber estado aquí antaño,
puesto que preguntar no hace daño,
¿por qué un vacío me invade?
ASMODEO agarra a la pequeña figura por los hombros, y mirando fijamente a sus ojos, canta así:
Tus ojos no pueden ver aquello que SERÁ,
pero pueden mostrarte algo, sí, quizás…
TÚ viste mujeres danzando en pleno vacío,
madres e hijas, fueron ellas una vez la misma,
y un traidor, un ser blanco e impío,
apuñaló su vientre con gran puntería.
Atravesó el origen, atravesó al bebé,
y de mayor, este mismo crío,
ahora del fuego de MALPHAS bebe.
Mas,
Si crees poder encontrar un origen, yo te desafío,
que tierras igual de extrañas otros ya han recorrido.
Desteje el tejido de las Moiras,
cruza el tiempo, si osas, y reza a BALAM,
lejos del pasado y presente, respuestas se hallan.

ASMODEO se desvanece sin más, dejando al Hombre aturdido y sin claras respuestas.

cantos del desgarro - ermitaño - poesia

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Tipo, un bar y una calavera tallada

El Tipo en la Ciudad de Bos'on

EL ERMITAÑO - IV - BALAM